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Cáncer Infantil Detectarlo a tiempo, aumenta las posibilidades de éxito en el tratamiento Boletín 108

12/20/24
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Detectarlo a tiempo, aumenta las posibilidades de éxito en el tratamiento

El 21 de diciembre se lleva a cabo el Día Nacional del Niño con Cáncer, una enfermedad que, detectada a tiempo, puede ser curada con éxito, por ello es necesario que las personas conozcan acerca de la enfermedad y consulten oportunamente.

El cáncer ocurre cuando las células de determinada parte del cuerpo, alteran su forma y se multiplican de forma anormal, con el poder de destruir células sanas e invadir otros órganos y tejidos; y se denomina que es cáncer infantil cuando se desarrolla en la niñez o la adolescencia. Y si bien se desconoce por qué ocurre, existen ciertos factores que aumentan la probabilidad de que un niño o niña desarrolle algún tipo de cáncer y son:

Exposición a radiación: la exposición a rayos X durante el embarazo podría aumentar el riesgo de cáncer de los niños

Sustancias químicas y medicamentos: algunas sustancias tóxicas como plaguicidas, solventes, productos de tipo industrial, así como la exposición desde el vientre al alcohol y otras sustancias, pueden predisponer la aparición de cáncer en edades tempranas.

Factores biológicos: algunos virus como el virus de Epstein Barr, virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), hepatitis B y C, virus linfotrópico humano tipo 1 (HTLV1) y el papiloma virus están asociados con algunos cánceres específicos.

Factores genéticos y familiares: los niños y niñas que tienen antecedentes familiares de ciertos cánceres pueden estar más expuestos a desarrollarlo.

¿Cómo detectar a tiempo el cáncer infantil?  Como primera medida es comprender que niños, niñas y adolescentes pueden desarrollarlo, por ello padres, maestros, cuidadores, familia, personal de salud y demás, deben estar muy atentos a la presencia de estos signos y síntomas:

  • Sudoración nocturna o excesiva.
  • Pérdida de peso.
  • Dolor de huesos y articulaciones.
  • Palidez progresiva, fatiga, cansancio o apatía sin causa aparente.
  • Fiebre persistente o recurrente, es decir, que dure varios días y no ceda a tratamientos comunes.

Otros signos más específicos incluyen:

  • Sangrado frecuente de nariz o de encías o al cepillarse los dientes.
  • Puntos rojos o morados en la piel (petequias) o moretones sin causa aparente.
  • Crecimiento irregular en abdomen.
  • Crecimiento de bolitas (ganglios) progresivo en cuello, axilas ozona inguinal, sobre todo si son nódulos duros, grandes y sin datos de infección, que no disminuyen con antiinflamatorios.
  • Crecimiento anormal en cualquier parte del cuerpo.
  • Mancha blanca en el ojo cuando le da la luz.
  • Desviación de mirada o aumento de volumen en uno o ambos ojos.
  • Dolor de cabeza persistente, que empeora con el tiempo y no cede con medicamento, despierta al niño o niña y es asociado a nausea o vómito,
  • Alteraciones neurológicas: como cambios de la conducta, mareos, movimientos involuntarios, convulsiones, hormigueo, debilidad muscular, pérdida del equilibrio, alteraciones al caminar y/o pérdida de sensibilidad, dificultad para hablar.
  • Picazón en la piel sin explicación aparente
  • Infecciones que no mejoran.
  • Asimetría del rostro o en alguna parte del cuerpo.
  • Alteraciones en la visión (borrosa, doble, ceguera súbita).

Que un niño, niña o adolescente, tenga uno o varios de estos signos y síntomas, son señales de alarma por las cuales se debe llevar inmediatamente a consulta médica, y por nada experimentar con remedios caseros o preguntar en farmacia, amigos u otras personas, ya que esto disminuye la oportunidad de diagnosticarlo y tratarlo a tiempo. Igualmente es importante llevarlo a las valoraciones integrales, que son consultas gratuitas donde evalúan su crecimiento y desarrollo.

Diagnóstico y tratamiento

Para diagnosticar el cáncer el profesional de medicina debe examinar completamente al menor, buscando signos sospechosos, preguntando también sobre su comportamiento, y sobre cualquier situación de riesgo, y ante cualquier sospecha enviara exámenes, e imágenes, además de una biopsia.

En cuanto al tratamiento, este puede incluir, quimioterapia, radioterapia, trasplante de médula ósea (o de células madre), o cirugía.

Estar atentos a cualquier alerta y la consulta inmediata conducen a un diagnóstico y tratamiento oportuno, al cual se debe ser adherente, de principio a fin.

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