Adoptemos un Estilo de Vida Saludable
Entendemos por estilo de vida saludable aquellos hábitos de nuestra vida diaria que nos ayudan a mantenernos más sanos y con menos limitaciones funcionales.
El término fue adoptado como estrategia global por la OMS en el 2004, al evidenciarse el preocupante aumento de personas con obesidad mórbida, hipertensión arterial y diabetes mellitus, y está enmarcada dentro de la prevención de enfermedades y promoción de la salud.
Entre ellos están la actividad física regular, el control del peso (evitando la obesidad), dejar de fumar, evitar el consumo excesivo de alcohol, de sal, de azucares o dulces, el incremento del consumo de frutas y verduras, entre otros.
Cómo podemos conseguir una alimentación saludable:
- Consumiendo carbohidratos integrales: pan, arroz y cereales.
- Comer más fruta y hortalizas: procurando llegar a cinco piezas o raciones al día como mínimo. Incluir fruta en el desayuno y una ensalada en la comida.
- Reducir el consumo de sal, comiendo menos alimentos envasados o procesados, y poniendo menos sal a los alimentos cuando se cocinan o a la hora de consumirlos.
Sobre los alimentos procesados, enlatados y embutidos…
Es necesario restringir o limitar su consumo, pues estos alimentos tienen:
- Alto contenido de sodio y grasas saturadas, bajos contenidos de calcio, magnesio y potasio, lo cual puede producir la disminución del diámetro de las arterias, favoreciendo el incremento de la presión arterial y por lo tanto el desarrollo de problemas cardiacos, como la hipertensión arterial.
- Aditamentos y edulcorantes con alto contenido de sodio y azúcares incluidos principalmente con fines de conservación, los cuales a mediano y largo plazo pueden favorecer el desarrollo de obesidad, enfermedades cardiacas y diabetes mellitus.
- Bajo contenido de fibra, lo que favorece el desarrollo de problemas gastrointestinales.
- Conservantes que al consumirlos liberan dopamina, generando así dependencia o adicción, y rechazo a los alimentos naturales.
- Estaño, un elemento perjudicial para el organismo, que puede provocar irritaciones cutáneas y oculares, así como problemas neurológicos. La concentración de este elemento aumenta, cuando las latas de conserva están a punto de caducar o cuando se abre una lata y entra en contacto con el aire.
- El metal del envase que contiene Bisfenol A, estudios científicos han asociado esta sustancia a posibles efectos sobre el aparato reproductor o el desarrollo de diabetes, enfermedades cardiovasculares, cáncer, entre otras.
- Muchos de los enlatados contienen mercurio, un metal pesado con efectos tóxicos en el sistema nervioso y puede ocasionar infarto agudo de miocardio, alteraciones neurosensoriales, interferencia en el desarrollo neurológico, entre otras.
Ningún alimento es malo, solo se debe procurar no exceder su consumo y tener en cuenta las siguientes recomendaciones:
- Revisar antes de comprar el producto, las fechas de caducidad, para evitar los que están próximos a vencer.
- Asegurarse que el envase no tenga ningún tipo de golpe, abombamiento/ abolladura y que no muestre ningún signo de oxidación, debido a que cualquier deterioro puede provocar la contaminación del alimento.
- Revisar la información nutricional, escogiendo aquellos productos que contengan menor aporte calórico, sodio y derivados del azúcar.
- Lavar muy bien las latas en donde viene el producto, antes de abrirlo.
- No calentar el alimento en las latas, use principalmente el baño maría y caliente solo la cantidad que va a consumir, el resto guárdelo siempre en la nevera y nunca en la lata.
- No conservar por largo tiempo los alimentos procesados o enlatados.
Tu EPS Asmet Salud te recuerda que un estilo de vida saludable es importante para procurar tu buena salud, tanto física como mental y disminuir el riesgo de presentar enfermedades crónicas como la hipertensión y la diabetes.