La mortalidad materna y perinatal, se consideran graves problemas de salud pública y de derechos humanos, que reflejan el grado de desarrollo de un país y la capacidad del sistema de salud, para afrontarlos. Cuando una mujer en estado de embarazo fallece, conlleva no solo el duelo familiar, si no, además, consecuencias para la comunidad y la economía local, dado el aporte productivo de las madres en su entorno, además, sus hijos de corta edad también tienen mayores probabilidades de morir.